lunes, 11 de abril de 2016

Adaptación: "El hombre de la piel de oso"

Esta entrada está destinada a la adaptación del cuento “El hombre de la piel de oso” para niños de 5 años.

En primer lugar, hay que tener presente que los cuentos son manifestaciones simbólicas de los sueños y deseos de la gente: no morir (por eso reviven los protagonistas), no envejecer, poder elegir con quién encontrar matrimonio… por ello estos suelen ser los temas principales de los cuentos folclóricos.

Este cuento, en particular, ha sido recopilado por los hermanos Grimm. Esto quiere decir que los hermanos Grimm no tienen versiones originales sino que son todas copias aunque ellos hayan introducido algunas variaciones. En todas esas variaciones hay una intencionalidad a destacar. Ellos no son los autores, no son sus  propios cuentos.

Los hermanos Grimm pertenecían a la Época del Romanticismo: “movimiento cultural originado en Alemania y Reino Unido a finales del siglo XVIII. Su característica fundamental es la ruptura con la tradición clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas. Además defiende el valor de la libertad creativa,  el subjetivismo y exaltó la importancia del individualismo y su particular visión del mundo y reivindicó la concepción subjetiva de la realidad”. Aspecto a tener en cuenta, puesto que muchas de las características del Romanticismo se van a  ver reflejadas en sus diferentes recopilatorios.

El objetivo original que perseguían los hermanos Grimm, a través de su labor investigadora de recopilación de los cuentos populares y de otros trabajos lingüísticos y literarios, era el de devolver al pueblo alemán su lengua, su gramática, su historia y su léxico. Su literatura era para todos los públicos: no se dirigían al niño, al adulto o al anciano concretamente, sino que se trata de una literatura colectiva del pueblo para el pueblo.

Los hermanos Grim



- A continuación nos adentramos en el cuento: "El hombre de la piel de oso".

“El hombre de la piel de oso” es un cuento folclórico. Esto quiere decir que no tiene un autor en concreto (es anónimo). Estos cuentos se transmiten oralmente, por lo que es probable que haya habido alguna modificación en el texto desde las primeras veces que se ha ido transmitiendo, hasta la actualidad. Esta forma de transmisión favorece a que al cuento se le vaya quitando realidad y se le vaya añadiendo más fantasía.

Había una vez, hace mucho tiempo, en un lugar muy lejano, vivían dos hermanos: Eva (la hermana mayor) y Abel (el hermano pequeño) en una misma casa. La hermana mayor, bastante antipática, repelente y egoísta, se dedicaba al cuidado de la casa. El hermano pequeño, todo lo contrario a ella, se dedicaba a la agricultura y ganadería para poder sobrevivir con los recursos que sacaba de los alimentos.

Haces unos años atrás, el pueblo en el que vivían y toda la región, sufrió unas sequías bastantes fuertes. Estos dos años pudieron sobrevivir gracias a las reservas alimenticias que tenían.

El hermano, al ver que la gente del pueblo (y él mismo) se estaban quedando sin nada que comer, decidió emprender un viaje en busca de comida para poder abastecer a todo el pueblo.

Abel amarró a los caballos a la carroza que tenía en el jardín de su casa, y puso inicio a su viaje. Duró más o menos una semana, pues tenía que llenar toda la carroza e irse a las ciudades vecinas a por los alimentos.

Una vez que ya tenía la carroza llena y no le cabían más, puso rumbo a su casa. No paraba de pensar en todo lo que había recolectado y lo feliz que iban a estar en su pueblo al ver que iban a poder sobre vivir a la sequía y que tenían alimentos suficientes hasta que sus tierras estuvieran, de nuevo, fértiles. Estaba convencido de que se iban a poner todo a saltar y cantar de alegría.

Al amanecer de un día, por fin llegó a su pueblo, y vio que todos los vecinos habían muerto. El muchacho al dirigirse a su casa, vio que encima del felpudo de la puerta había una carta que ponía que era para él y que la tenía que leer urgentemente. La abrió y leyó lo siguiente:

“Este pueblo llega a su fin. Poco a poco hemos ido muriendo por una gran enfermedad infecciosa que nos ha ido afectado a todos. Es una enfermedad terrible de la que nadie sale vivo de ella, por lo que es mejor que te vayas muy lejos para no cogerla y seguir vivo muchos años.
De parte de todo el pueblo, te damos las gracias por la iniciativa que tuviste al irte a recolectar cosecha para todo. En todo momento hemos estado pensando en ti y en la gran persona que eres. Has hecho mucho por este pueblo, y siempre te estará agradecido.
Seguro que con tu lealtad, tu gran personalidad, la buena persona que eres y con lo que te gusta ayuda a los demás, llegarás muy lejos y conseguirás aquello que te propongas. Ahora es hora de que te vayas lejos y encuentres algún sitio donde poder vivir.
Sigue siendo como hasta ahora y la vida te lo recompensará.

De parte de todo el pueblo”

El pobre hombre, en aquel momento, no sabía qué hacer ni a dónde ir. Estaba desesperado y con la mente en blanco ante dicho impacto, por lo que se sentó en donde había recogido la carta y se puso a llorar. Abel se había quedado sin nada; si su casa, sin su hermana, si los amigos del pueblo, sin gente con la que poder estar y sin dinero con la que poderse comprar una casa. Se había vuelto más pobre. Ahora tenía que emprender un viaje lejos de su querido pueblo, pues en cualquier momento podría coger la enfermedad y morir.

El hombre desconsolado, dejó de llorar y abrió los ojos. En frente se encontró con un ogro que había aparecido por ahí. El ogro era muy desconfiado, maligno, mentiroso, egoísta y siempre se quiere salir con la suya. Este bicho malvado apareció por ahí ya que había escuchado por las ciudades de alrededor que ese pueblo había sido abatido por una epidemia. El ogro al ser un desconfiado, se dirigió para allá a ver si era verdad. Desgraciadamente la gente de las ciudades de alrededor tenía razón. 

El ogro, aparte de ser todo lo que he dicho anteriormente, tenía una pequeña característica peculiar, era rico.

Se dirigió al joven y le dijo:
-          - ¡Hola, muchacho! Antes de nada me gustaría decirte que he oído por ahí que eres muy buena persona y te habías ido a ciudades cercanas en busca de comida. Pero lo que estoy viendo es que tras este incidente te has vuelto pobre, pues no tienes donde vivir, ni dinero, ni a dónde ir; pero aquí sabemos que no te puedes quedar. También han llegado a mis oídos que eres una persona valiente, pero no creo que lo seas más que yo

El pobre hombre afirmó. Unos segundos después le pregunto:

-          - ¿Tú me podrías ayudar para que pueda salir de aquí y encontrar un lugar seguro donde pueda vivir?

- Te puedo ayudar, sí. Pero antes de ponertelo tan sencillo, he de decirte que han llegado a mis oídos que eres una persona valiente, pero no creo que lo seas más que yo. Para demostrármelo, haré aparecer un oso de verdad a tu lado, deberás defenderte de él.

- El hombre, sin miedo alguno, se puso a defenderse hasta que mató al oso. Le costó, pero sólo por demostrárselo al ogro lo hizo.

-          El ogro, al ver que había sido muy valiente, le dijo: "Yo te puedo hacer rico, pero a cambio necesito una recompensa. Te puedo hacer rico, sí; pero a cambio, si no cumples lo que te voy a decir a continuación, morirás y me quedaré con tu alma. Mis riquezas por tu alma, ese es el negocio".

El joven acepta el negocio, por lo que el ogro le deja su vestimenta primitiva confeccionada con diferentes pieles de animales, pues era un ropaje mágico. Cada vez que metas la mano en el bolsillo, puedes sacar todas las monedas que quieras. Para que nadie sepa que es mágica mi ropa y ni quieran quitártela, deberás llevar encima la piel del oso al que acabas de matar. Eso sí, yo me quedo con tu carroza y uno de tus caballos, el otro caballo para ti y la comida también.

El hombre, a cambio tiene que hacer tres cosas:
a) Sólo podrás hablar con una persona al día y no podrás estar más de un día en el mismo lugar.
b) No podrás ni lavarte, ni peinarte, ni cortarte el pelo de ninguna parte del cuerpo, ni las uñas durante 5 años.
c) Deberás ayudar a aquella gente necesitada que te encuentres por la calle.

El ogro le dijo que si dentro de 5 años vuelve al mismo lugar donde están ahora; le hará rico para siempre y se quedará como él siempre ha sido. Por el contrario, si se muere o desobedece alguna de las normas, el ogro se quedará con su alma.

El hombre, tras pensárselo un buen rato, acepta el reto. Se puso el ropaje mágico del ogro y en busca de lugares donde poder sobrevivir estos 5 años que le espera.
Las primeras semanas fueron fáciles. Dormía en el bosque protegido por su caballo. Además siempre se montaba hogueras para que ningún animal se aproximara a ellos y para estar bien calentito.

Iban pasando los meses y Abel cada vez estaba un poco peor. Primero tenía que andar mucho todos los días para no dormir en el mismo lugar que era lo que ponía en el pacto, además no se podía lavar, ni peinas ni cortar el pelo, por lo que cada vez olía peor, y no estaba a gusto consigo mismo.

Llegó un día en el que el caballo de Abel se murió, por lo que ya no tenía nada que le pudiera proteger de los males del bosque, sobre todo por las noches. Se puso, pues, a pensar a dónde podía ir y dónde podía pasar seguro estos 3 años que le quedaban. Pensó, pensó y llegó a la conclusión de que la gente en las ciudades era muy simpática y todo el mundo ayuda a los demás; por lo que decidió adentrarse cada día en una ciudad a ver si alguien le dejaba pasar la noche en su casa.

Así fue, mucha gente le dejaba pasar por su casa. Abel le decía al jefe de la casa que se encontraba en apuros y que necesitaban de su ayuda para poder dormir, éste a cambio le daba unas monedas de oro, pues recordemos que llevaba la ropa mágica del ogro y que cada vez que metía las manos en los bolsillos, podía sacar todo el oro que quisiera.

A la gente que se encontraba por la calle le daba dinero, pues es lo que ponía en las reglas y además, le satisface ayudar a los demás. Es algo que siempre ha hecho y que se siente muy orgulloso de ello.

Seguían pasando los días hasta que llegó el cuarto año. Abel estaba ya muy feo. La gente ya le empezaba a echar de sus casas porque olía fatal, casi ni se le veía la cara de tantos pelos que tenía, la ropa aunque fuera mágica estaba muy estropeada y mucha gente al verle le tiraba piedras y todo tipo de objetos, pues a primera vista se pensaban que era un monstruo.

Pero llegó un día en el que llamó a una puerta para pedir asilo.
-         -  ¿Quién es? – dijo el mayordomo de la casa
-      - Soy Abel. Llevo recorriéndome todas las ciudades de alrededor con el fin de encontrar un lugar donde poder pasar una noche. Sé que mi aspecto no es de lo más agradable, pero hice un pacto con un ogro para que me hiciera rico y poder encontrar un lugar donde poder vivir el resto de mi vida. Prometo que será sólo una noche, no pido más.

-          Vale. No hay ningún problema. Esta es tú habitación (señalándola). Aquí pasarás toda la noche. Cualquier problema dígamelo.

Llegó la hora de la cena. En esa familia el mayordomo tenía 3 hijas. Las dos mayores querían que Abel se fuera de la casa, pues era muy feo, olía fatal y no les parecía buena gente. Por otro lado, la hermana pequeña estaba encantada con Abel. Entendía que llevaba tiempo sin lavarse y sin tener nada, y aún así estaba luchando por vivir. En la cena Abel no hablaba mucho y si lo hacía era solo con el mayordomo, puesto que en el pacto ponía que sólo podía hablar con una persona el mismo día.

Llegó la hora de dormir y María, la hermana pequeña, se acercó a su habitación. Entró en ella y se puso a hablar con Abel. Éste sólo le escuchaba y María no callaba. Se iba haciendo tarde y tenían que acostarse y dormir, pues a Abel le esperaba un duro día. María antes de irse a dormir le dijo a Abel que le había encantado conocerle, que tenía un corazón muy grande y, sobre todo, que le encantaba cómo estaba luchando para poder sobre vivir. Lo que María no sabía es que Abel también se había enamorado de ella. Había sido un amor a primera vista. Todo era muy romántico, pero Abel era el único que sabía que se habían enamorado el uno del otro.

A la mañana siguiente, Abel entró silenciosamente en la habitación de María, y le dejó media herradura que llevaba su caballo. La otra mitad de la quedó él. Abel cree en el destino, y está seguro de que, si el destino lo quiere, volverá a encontrarse con María.

Al despertar María se dio cuenta de que Abel había sido quien lo había dejado, pues se hizo la dormida, pero en realidad estaba despierta.

El protagonista siguió con su viaje, seguía apañándoselas. Daba limosna a los necesitados, ayudaba a la gente que lo necesitaba, dormía muchas veces en casa de familias y, los días que no tenía tanta suerte, le tocaba subirse a lo alto de los árboles para poder dormir y que ningún animal le atacara.

Iba llegando el final de los 5 años, y el pensar eso, era lo que le mantenía vivo. Pensar en que dentro de poco, podía ver a María. Aquella niña joven que tanto le había gustado. Era una chica muy guapa, con un cabello de oro súper largo, ojos azul celeste como nunca había visto, y delgadita. En definitiva, ese prototipo de chica que todo el mundo quiere tener.
Y, por fin, llegó el último día de estos terribles 5 años. Por fin podía volver a ser como antes, y, además rico. Por fin iba a poder encontrar un lugar donde poder vivir con seguridad el resto de su vida.

Al día siguiente llegó donde había quedado con el ogro. Los dos se encontraban allí. En primer lugar, el ogro felicitó a Abel por haber sobrevivido estos 5 años correctamente. Le dijo que no esperaba verle vivo, pero que, en ese aspecto, Abel había ganado.

Ahora le tocaba cumplir al ogro la parte del pacto, es decir, hacerle rico para siempre y hacerle volver a Abel como era antes, por lo que le cortó el pelo, le lavó el cuerpo entero, le cortó las uñas y le aseó. En ese momento ya se podía ver al verdadero Abel: ojos verde esmeralda, una sonrisa que enamora, pero que antes no se podía apreciar con las largas barbas, un cuerpo muy musculoso y un corazón que no le cabe en el pecho.

Abel, muy orgulloso de sí mismo, puso rumbo a casa de María. Llamó a la puerta y le abrió el mayordomo. Le dijo que había venido a ver a María. Nadie sabía quién era porque había cambiado radicalmente. Las dos hermanas mayores de María no paraban de hacerle la pelota, hablar con él… sin embargo a María esa cara le resultaba familiar, pero recordaba dónde la había podido ver anteriormente. El mayordomo, junto con las hermanas, le invitó a cenar.

El mayordomo había preparado una sopa calentita, pues ese día hacía mucho frío. Abel, antes de que se pusieran todos a cenar, le metió en el plato de María la media herradura de su caballo. Nada más meter la hermana pequeña la cuchara en el plato para tomar la sopa, notó que había algún objeto de hierro en su plato. Metió la mano y lo sacó. Al verlo se puso de pie y fue corriendo a abrazar a Abel. Después se puso a llorar en su regazo. Nadie entendía nada. Solo ellos dos. Pero eso era suficiente. Abel agarrándole a María de las manos le pidió matrimonio, y esta sin duda lo aceptó.

¡Se iban a casar!

Las hermanas mayores estaban muy enfadadas con la pequeña, puesto que ella iba a ser la que se casaría con el gran Abel, y por ello sentían celos y envidia por María.

Las hermanas de María, fueron las encargadas de organizar la boda, los preparativos y la comida. Como era tanta la envidia y el reproche que tenían hacia la pequeña de la casa, en el plato de María decidieron meterle un poco de veneno para que muriera la pequeña y, fueran ellas las que se casaría con él.

El ogro vio lo que hicieron las hermanas y como reprimenda, le puso el veneno en el plato de ellas. Poco después de acabar la boda, Abel vio a las hermanas muertas donde el huerto de la casa de ella. Fue a ver qué había pasado, cuando de repente se encontró al ogro.

Este, sin piedad alguna se dirigió a Abel y le dijo:
-         -  ¡Ves! Yo siempre salgo ganando. No he tenido la suerte de haberme llevado tu alma; pero sin embargo me llevo dos.

…  Y colorín colorado, este cuento ha acabado".

La herradura



Adaptaciones

• ¿Por qué lo he adaptado en concreto para niños de 5 años?

En primer lugar porque estos niños tienen más facilidad de entender un cuento como este que, por ejemplo, niños de tres años.

La psicología evolutiva la tienen más desarrollada, por lo que a la hora de comprender, entender e hilar ideas les resultará más sencillo e interesante.

A esta edad los niños progresan mucho en su desarrollo motriz, en su modo de pensar, en la comunicación con los demás, y el conocimiento de su propio cuerpo. Esta última característica se ve muy reflejada en el cuento cuando aparece el ogro, pues éste tiene unas peculiaridades diferentes a las nuestras, y gracias a ello, los niños pueden ver que en el mundo se pueden encontrar con personas diferentes.  

Por otra parte, su vocabulario es bastante amplio. Los niños a esa edad tienen pleno dominio del repertorio fonético. Son capaces de expresar perfectamente su estado de ánimo, por lo que a lo largo del cuento se podrá observar cómo se siente cada uno de ellos, y eso es muy importante para determinar la personalidad de cada uno.

En cuanto al juego simbólico, aparece el juego de roles, el juagar a ser o hacer de, es el juego que predomina todavía en esta etapa. Debemos dejarles libertad para que imaginen y creen o recreen situaciones tanto reales como imaginarias. En cuanto al juego de roles se pueden ver en el texto: el ogro como el personaje malo al que se le tiene miedo; Abel como al personaje que le pasan las cosas malas y que gracias al trabajo y a la no rencición, se consigue todo lo que te propongas; María, como la hermana pequeña de la casa, guapa y que lo sabe todo; y las hermanas mayores como aquellas hermanas que molestan a los hermanos pequeños y que siempre se quieren salir con la suya.

Cambios realizados en la adaptación:

- El protagonista vivía con su hermana en la misma casa. Sin la adaptación, el protagonista vivía en un principio con sus padres y dos hermanos.

- En un primer momento Abel se va del lugar donde vive porque tiene que ir a por comida para poder alimentar a su pueblo. Sin embargo, por el otro lado, el protagonista se marcha a Flanders para luchar y defender su tierra en nombre de Dios.

 - Abel tuvo que huir de su pueblo porque había una epidemia que estaba arrasando con toda la gente del pueblo, por lo que para salvarse tenía que huir. Sin la adaptación, el protagonista abandonó su hogar porque sus hermanos no le aceptaron tras su llegada de Flanders.

-          - Al protagonista se le aparece un ogro. Sin la adaptación, se le apareció un demonio.

-         -  Las normas que debe cumplir el protagonista para poder sobrevivir son:
a)    Sólo podrás hablar con una persona al día y no podrás estar más de un día en el mismo lugar.
b)    No podrás ni lavarte, ni peinarte, ni cortarte el pelo de ninguna parte del cuerpo, ni las uñas durante 5 años.
c)    Deberás ayudar a aquella gente necesitada que te encuentres por la calle.

Sin la adaptación, las normas son:
a)    No rezar durante 7 años.
b)    No dormir durante más de un día en el mismo sitio.
c)    No podrás ni lavarte, ni peinarte, ni cortarte el pelo de ninguna parte del cuerpo ni las uñas.

Abel le da a María la mitad de la herradura de su caballo. sin la adaptación, es el protagonista quien le da medio anillo a la hermana pequeña de la familia que le había acogido un día para dormir en su casa

Es el ogro el que hace que se mueran las dos hermanas, en vez de ser ellas quién se suiciden.


Referencias
- María Trinidad Labajo. (2010). Análisis de textos de autor. Literatura Infantil (78), 16-22. Universidad La Salle.

- Eugène Delacoix. (1930). La libertad guiando al pueblo.: Carpeta pedagógica

- Niños y niñas de 5 años. Cómo son. Características evolutivas., de Mamá psicóloga infantil. Sitio web: http://www.mamapsicologainfantil.com/ninos-y-ninas-de-5-6-anos-como-son

4 comentarios:

  1. Hola Raquel!!!

    Ante todo quiero felicitarte por la gran adaptación que has realizado de la adaptación “El hombre de la piel de oso” por los hermanos Grimn.

    Por este motivo no podría decirte que te ha faltado nada de nada, ni recomendarte algún cambio, porque para mí está perfecto. Veras has logrado seguir la estructura original del texto llevando consigo una linealidad perfecta.

    Es una adaptación genial y me ha encantado el nombre que les has puesto a los dos hermanos: Eva (la hermana mayor) y Abel (el hermano pequeño).

    Me parece que le has dedicado mucho tiempo y esfuerzo a tu adaptación. Me ha parecido muy interesante y original.

    ENHORABUENA, sigue así!

    Un saludo!:):)


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    1. Muchas gracias por tu opinión!

      Espero que sigas leyendo y comentando mis entradas.

      ¡Un saludo!

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    2. Bueno, Caolina... algún fallito sí que hay... lee lo que le he escrito a Raquel.

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  2. - Has cambiado el motivo por el que comienza su viaje iniciático: en la historia de partida es, simple y llanamente porque no tiene casa (ahora es de sus hermanos y no hay sitio para él) y no se hace hincapié en la muerte de nadie. No es que sea malo tocar este tema "de pasada" porque lo hacen muchos cuentos folclóricos, pero me parece innecesario el uso de una enfermedad infecciosa que acabe con todo un pueblo... los niños pueden sentir miedo de que algo similar pueda suceder en su ciudad... no veo sentido a este cambio si el motivo de la adaptación es hacer el cuento más comprensible para los niños de EI.

    - Le has puesto nombre al chico porque eso favorece que los niños lo sitúen, pero luego lo llamas varias veces "el hombre". Es mejor que uses su nombre.

    - Ya que has cambiado al demonio por un ogro, evita también el tema de "perder el alma". Es un concepto muy abstracto y relacionado con las religiones. Es mejor que se convierta en piedra, en árbol o, incluso, que el ogro se lo coma... pero el tema del alma es, precisamente, uno de los que hay que cambiar.

    - Si el ogro es malo ¿cómo es que una de las cláusulas es que ayude a los demás? En el cuento que os narré, es elección del chico y, con ello, demuestra su generosidad y su bondad a pesar de que la gente le huye y no le ayuda...

    - El encuentro con el padre de las chicas también lo has cambiado y no hay motivo para hacerlo. Se supone que el héroe lo ayuda y que, como contraprestación, él le ofrece ir a su casa y casarse con una de sus hijas. Es una de las relaciones de causa-efecto tan comunes en los cuentos que favorecen el desarrollo del razonamiento lógico en el niño: la bondad genera bondad. Pero aquí el generoso es el mayordomo, no Abel.

    - Una de las partes más duras de la prueba del cuento es no poder dormir en una casa porque todo el mundo se espanta de "el hombre de la piel de oso" pero en tu cuento, Abel consigue que lo acojan familias. Eso resta sentido a los problemas que acarrea el aspecto que tiene.

    - El final... uf... personalmente quitaría el detalle del veneno y, de nuevo, el detalle del alma. Puedes hacer, si quieres, que el ogro les ofrezca riquezas y que ellas acepten irse a vivir con él... no sé... ya que quitas el suicidio, no lo cambies por algo también sórdido...

    Insisto en que el objetivo de una adaptación no es cambiar el cuento sino modificarlo con un objetivo y cada uno de los cambios deben justificarse con ese objetivo. En este caso, el objetivo es adecuarlo a los niños de una edad y SOLO tienes que CAMBIAR aquello que no se ajuste a la edad... Lo demás es mejor no tocarlo porque la historia perderá en coherencia y, lo más probable es que se vean afectados los motivos, las funciones, y algunos aspectos importantes del viaje iniciático.

    Si modificas lo que te comento, tu adaptación será perfecta. ¡Y no olvides volver a colocar la herradura al final por si queda algo suelto por ahí!... ;)

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